"¡Vamos! Hay que entrenar la mente, disciplinarla para que haga algo
a lo que no está acostumbrada. Una mente libre de juicios, una mente
que sabe que nunca para y que no deja de fabricar nuestras vidas. Una
mente que domina la empatía, que sabe como unirse a los demás, una mente
dispuesta a no escuchar la voz del faraón y a empezar a oír la Voz del
Espíritu Santo. Esta Voz que no ordena, porque no es arrogante; es como
un susurro que nos alienta a despertar, nos invita a salir del ciclo de
la creencia del sufrimiento, en la enfermedad, en los problemas, en las
injusticias."
Enric Corbera
Bioneuroemoción
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